
AÑADA METEOROLÓGICA
Durante el invierno y el inicio de la primavera hubo buenas precipitaciones y temperaturas bastante bajas. La brotación llegó algo tardía y tímida. En mayo había 10 días de retraso. Junio fue un mes muy cálido, llegando a los 40 grados el día 18. En un mes, pasamos de llevar un retraso fenológico de 10 días a llevar un adelanto del mismo tiempo. La sequía era enorme, con olas de calor muy largas durante el mes de julio, llegando a alcanzar los 41 grados.
El verano fue muy cálido y seco, enverando la última semana de julio. La vendimia fue temprana y sana, comenzando el 6 de septiembre.
Precipitación: 396mm.Integral térmica: 1925 grados-día
Zona de producción:
D.O.Ca. Rioja
Variedades:
Fundamentalmente Viura y una pequeña parte de Malvasía de Rioja y Garnacha blanca
Viñas:
Procede de las cabezadas plantadas de blanco de los viñedos viejos de tempranillo de la zona de Haro, de donde sale RODA I
Edad:
Viñedos viejos
Vendimia:
Manual con mesa de selección
Elaboración:
Maceración en tinas de roble francés. Fermentación en tina y bocoyes de roble francés
Crianza:
18 meses en bocoyes de roble francés y 18 meses en botella antes de salir al mercado
Estabilización:
Por métodos naturales
Clarificación:
Albúmina de huevo
Grado alcohólico:
14,5% Vol.
Presentación:
Caja de madera de 3 botellas
Formato:
Botellas de 75 cl y 1,5 l
Color:
Amarillo ambarino, brillante, con destellos de paja de trigo.
Nariz:
Es muy intenso y destacan los aromas de melocotón en sazón. Las notas de membrillo y pomelo aportan el carácter fresquísimo del vino. La madera está perfectamente integrada y es difícil adivinar que ha pasado 18 meses de su vida en madera. Las notas minerales aparecen con claridad recordando a la caliza.
Boca:
Es muy voluminoso y fresquísimo, ¡qué difícil combinación! El volumen del melocotón se combina con el frescor del ruibarbo, el ligero amargor del membrillo y con el recuerdo cítrico del pomelo. El vino es seco, pero con la grasa suficiente, sin ser pesado debido a la enorme frescura. Se nota textura firme, recuerda a la tersura de un grano de viura fresca al amanecer. En el postgusto, queda la longitud de aromas frescos, ligereza y un ligero amargor, que duran y duran, hasta mantenerse en el recuerdo.





