AÑADA METEOROLÓGICA
Veníamos de un 2018 muy lluvioso pero el invierno fue sequísimo y sin frío. Eran noticia los incendios en Cantabria en pleno invierno. Brotó la viña sin llorar y muy tímidamente a finales de marzo. Llovió en Semana Santa 30/40 mm. que cambiaron la situación (Semana Santa cae muy tarde, a finales de abril). La brotación se alegra.
A pesar de la sequía, la viña arroja bien, con mucha muestra. La floración llegó en fechas normales entorno al 10 de junio. Continuó la sequía con temperaturas que iban alternando. El año era muy seco pero la vegetación estaba muy bien.
A finales de junio llegó una brutal ola de calor con 2 días seguidos por encima de 40ºC, 28 y 29 de junio. El cuajado fue irregular y la cosecha quedó muy reducida, con mucho millerandage. Hubo algunas lluvias tras la ola de calor poco importantes.
Se repitió el episodio de calor a final de julio con temperaturas en torno a 37 grados durante otros cuatro días. Para Santiago, 25 de julio, ya se veía envero. Parecía increíble que la viña estuviera bien después de las dos olas de calor. Había poca uva en el viñedo.
El 1 de agosto caen 40 mm. en Haro. La maduración fue excelente y llegó una cosecha magnífica en cuanto a calidad y, escasa en producción. Algunas lluvias entre el 16 y el 22 de septiembre complican algo la situación.
Una añada excelente con 506 mm. de precipitación.
Zona de producción:
D.O.Ca. Rioja
Variedades:
93% Tempranillo, 4% Graciano y 3% Garnacha
Viñas:
Viñedo de más de 30 años, en su mayor parte plantado en Haro y pueblos limítrofes. 1,5 kgs./cepa
Vendimia:
Manual con mesa de selección
Elaboración:
Fermentación alcohólica espontánea en tinas de roble francés y maloláctica barrica
Crianza:
En barricas de roble francés. 40% nuevas y 60% de un vino. 14 meses en barrica y 20 meses en botella
Estabilización:
Por métodos naturales
Clarificación:
Albúmina de huevo
Grado alcohólico:
14,5% Vol.
Presentación:
Caja de cartón de 6 botellas
Formato:
Botellas de 50cl, 75 cl, 1,5 l, 3 l y 6 l
Color:
Es profundo e intenso, de capa alta, con el color rojo oscuro y el ribete rojo.
Nariz:
Hay mucha intensidad, hondura y complejidad en nariz. Sobresale la fruta bien madura, de perfiles rojos y negros, conjugándose entre la cereza picota y la ciruela negra. La madera que ahora está presente ensalza las frutas, dejando detalles de mucha finura. Aparecen las especias dulces en la gama del clavo de olor y la canela y en el fondo se aprecian sensaciones minerales de tierra caliza. Los impactos olfativos son continuos con una bonita conjunción entre todas las gamas.
Boca:
Tiene mucho volumen, con mayor presencia de lo habitual en los RODA, como corresponde a una añada tan completa como esta.
La sensación frutal está compuesta por frutas negras y rojas, maduradas en su punto de sazón. Se nota la profundidad y la complejidad, armadas por un ramillete de plantas aromáticas junto a notas suaves de maderas nobles y la sensación de la tierra caliza y la lluvia.
El tanino, que ahora está presente, es de muy buena calidad y marca una excelente estructura.
Es un vino de larga guarda y un RODA sobresaliente, como corresponde a una añada tan grande como la 2019.
En boca es larguísimo y pleno de sensaciones, sin duda será uno de los grandes RODA, que lleva impreso el paisaje de los viñedos que lo han visto nacer, en una añada meteorológica extraordinaria.
Gran vino para la gastronomía que se adaptará especialmente con los platos de cuchara y las carnes.
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