

AÑADA METEOROLÓGICA
La 2020 fue una añada húmeda con 635 mm de lluvia en Haro. Invierno bastante cálido, aunque desapacible por las nieblas abundantes.
La primavera suave y muy lluviosa. Entre marzo y abril se recogieron del orden de 200 mm. El desborre se adelanta. Mayo es menos húmedo y de temperaturas altas. La floración se adelanta 15 días. La primera mitad de junio fue fría y húmeda, con temperaturas mínimas muy bajas, menores de 10 grados.
Se desarrolla un ataque muy importante de mildiu en racimo, sin manchas en hoja, que afecta a zonas completas con pérdidas importantes de cosecha. El 12/06 el Consejo Regulador limita por primera vez el rendimiento al 90% por el COVID. Continúan lluvias intermitentes y el mildiu se extiende. Julio es fresco en su inicio y con días de temperaturas altas al final. Inicio de Envero el 20 de julio, con dos semanas largas de adelanto.
La maduración se desarrolla sin problema. La meteorología ayuda. Los vinos son de muy buena calidad, con buena concentración, de taninos finos, dan pronto la cara y son frescos
Zona de producción:
D.O.Ca. Rioja
Variedades:
92% Tempranillo y 8% Graciano
Viñas:
Viñedo de más de 30 años, 1,5 kgs./cepa
Vendimia:
Manual con mesa de selección
Elaboración:
Fermentación alcohólica espontánea en tinas de roble francés y maloláctica barrica
Crianza:
En barricas de roble francés. 50% nuevas y 50% de un vino. 16 meses en barrica y 20 meses en botella
Estabilización:
Por métodos naturales
Clarificación:
Albúmina de huevo
Grado alcohólico:
14,5% Vol.
Presentación:
Caja de madera de 6 botellas
Formato:
Botellas de 50cl, 75 cl, 1,5 l, 3 l y 6 l
Color:
Capa alta, de color rojo muy oscuro con notas de cereza picota y ribete rojo.
Nariz:
Es muy intenso, de carácter frutal, con el perfil de las frutas negras y algunos destellos de frutas rojas. Recuerda a la ciruela negra y a las cerezas maduras. Hay un fondo de especias dulces en la gama de la canela y el clavo. También aparecen hierbas aromáticas que te meten directamente en el paisaje del viñedo de Haro.
Boca:
Es de volumen alto y el paso de boca es impecable, con un tanino presente pero finísimo que deja la sensación del terciopelo. La ciruela y la cereza marcan la línea frutal que se aprecian con fuerza, a oleadas, por la vía retronasal. Hay muchos detalles en este vino, que ya está en un momento magnífico para disfrutar. Sorprende en la cata conjunta que está más listo para tomarlo que la añada precedente, 2019. La añada 2020 ha dado vinos de gran delicadeza, ligados a un viñedo que permaneció sin contaminación alguna, en comunión con la naturaleza y la viticultura, mientras el mundo estaba confinado. Quizás no es la añada más potente y voluminosa, pero si, una de las más finas y delicadas.











